2 solomillos de chancho
Masa
300 g de harina 0000
100 g de manteca blanda
1 taza de agua
1 cucharadita de sal fina
Salsa
3 tomates redondos
1 cebolla chica
1 chile pequeño bien picado
Jugo y ralladura de medio limón
sal
pimienta negra
Guarnición
3 mandiocas
Aceite de maíz para freír
Romero frito
1. Retirar la grasa y la piel que recubre los solomillos. Untarlos con aceite y sal gruesa, y dorarlos rápidamente en
una sartén, a fuego alto, de todos lados. Retirar y reservar sobre papel absorbente.
2. Masa: en un bol mezclar la harina junto con la manteca blanda. Trabajar con las yemas de los dedos hasta lograr un
arenado fino. Disolver la sal en agua tibia. Incorporar de a poco a la preparación anterior hasta obtener una masa lisa.
3. Dejar descansar en la heladera durante 20 minutos envuelta en una bolsa plástica. Dividir la masa en mitades y estirar
finamente en forma rectangular. Envolver los solomillos con una sola vuelta de masa, prensando bien los bordes. Colocar en
una placa. Cocinar hasta que la masa esté apenas dorada.
4. Salsa: pelar los tomates y rallarlos junto con la cebolla. Añadir el chile. Condimentar con la ralladura, el jugo de
un limón, la sal y la pimienta recién molida.
5. Guarnición: pelar las mandiocas, cortarlas en láminas finas y freír hasta dorar en abundante aceite caliente con romero.
Escurrir y reservar sobre un papel absorbente.
6. Presentar una porción de solomillo sobre una base de mandiocas y acompañar con la salsa de tomate picante.
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