12 costitlitas de cerdo
Sal y pimienta de molinillo, a gusto
2 hojas de laurel
3 cucharadas de aceite
25 g de manteca o margarina
1 cubito de caldo de verduras (desmenuzado)
1/2 taza de agua
1/2 taza de vino blanco seco
8 cebollas de verdeo, picaditas (parte interna tierna, solamente)
1/2 taza de crema de leche
1 cucharadita colmada de fécula de maíz
Arroz blanco, bien sazonado, para acompañar
PREPARACIÓN
Quítele el hueso a las costillitas de cerdo. Elimine también el exceso de grasa. Condiméntelas con sal y
pimienta.
Caliente el aceite en una sartén y dore las costillitas de ambos lados.
Agregue en la sartén la manteca y la mitad de las cebollitas de verdeo.
Raspe el fondo de cocción y mezcle hasta que la cebollita esté bien rehogada.
Incorpore en la sartén el laurel, el cubito de caldo desmenuzado, el agua y el vino.
Deje hervir despacito, con la sartén destapada, hasta que la salsa se reduzca a la mitad y la carne esté tierna. (Si aún
no lo estuviera, prosiga la cocción añadiendo chorlitos de vino y caldo extra para mantener un volumen respetable de salsa.)
Una vez tierna la carne, agregue en la sartén la crema de leche y mezcle.
Agregue entonces la fécula de maíz disuelta en un poquito de agua fría, y mezcle hasta que la salsa retome el hervor y
espese.
Pruebe y rectifique -o no- el sazonamiento.
Mézclele la mitad de cebollita de verdeo que reservó.
Sirva los medallones con toda su salsa, acompañando cada porción con una cucharada gorda de arroz blanco o con las papas
fritas de siempre, bien sequitas y crujientes.
Arroz blanco
Es simplemente arroz hervido "al dente", sazonado a gusto con sal, pimienta, aceite o manteca. Antes de hervirlo,
conviene enjuagarlo bajo la canilia.
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